Los loros siempre han impresionado a la gente con su capacidad para imitar palabras humanas. Una investigación revela ahora que los polluelos de loro aprenden de sus padres a graznar su “nombre”, y siguen usando ese sonido característico, quizás con algunos pequeños ajustes, en su vida futura.
Fuente:Noticiasdelaciencia.com (5 sep. 2011)
La investigación, a cargo del equipo de Karl Berg de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, ofrece la primera evidencia de que los loros aprenden de sus padres el graznido familiar específico que sirve para llamarles, y muestra que las señales vocales en loros salvajes se adquieren socialmente y no son un rasgo predefinido genéticamente.
En investigaciones anteriores, ya se comprobó que todos los loros salvajes usan señales acústicas de contacto particulares, que no sólo distinguen a cada individuo, sino que también comunican su género y el grupo social o "familia" a la que pertenecen.
Lo descubierto en el nuevo estudio también puede ayudar a desentrañar el misterio de por qué el aprendizaje vocal evolucionó en algunos grupos de vertebrados, como los humanos y los loros, pero no en otros.
Una pista al respecto se obtiene al buscar qué tenemos en común humanos y loros.
Los loros comparten dos características importantes con los humanos: un cerebro grande, en comparación con su masa corporal; y un tiempo de crianza largo durante el cual las crías dependen de sus padres, lo que aumenta las oportunidades para los polluelos de aprender cosas de sus progenitores.
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