24 jul 2018

ANISAKIS el gran PELIGRO

ANISAKIS el gran PELIGRO

Fulminar el ANISAKIS es necesario



El parásito ANISAKIS provoca la anisakiasis, una alteración digestiva y alérgica, que puede ser grave.


Quitar las vísceras del pescado, cocinarlo a una temperatura mínima de 60 grados centígrados y congelarlo a una temperatura de menos de 20 grados es algunos de los consejos aportados por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) para fulminar el ANISAKIS

Este parásito se puede encontrarse en el pescado y en los cefalópodos (calamar, pulpo o sepia) y la enfermedad sólo se puede contraer si se comen estos productos crudos o sometidos a preparaciones que no matan al ANISAKIS.

Para evitarlo, el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, recomienda comprar el pescado limpio y sin vísceras (sin tripas); preparar el pescado y los crustáceos cocidos o plancha; congelarlo en casa durante cinco días y en el caso de ser un frigorífico con menos de tres estrellas comprarlo ya congelado.

Asimismo, se deben congelar las siguientes preparaciones cuando se hacen en casa: los boquerones en vinagre y otros pescados en escabeche; el sashimi, sushi, carpaccios y otras especialidades a base de pescado crudo; pescado marinado, como por ejemplo ceviche; huevas de pescado crudas o prácticamente crudas; arenques y otros pescados crudos preparados en salmuera o ligeramente salados; y pescados marinos sometidos a ahumado en frío.

Ahora bien, la AECOSAN ha recordado que cuando estos productos se compran elaborados, la congelación ya la ha realizado el productor o fabricante, por lo que no es necesario congelarlos.

El ANISAKIS se puede encontrar en el pescado y en los cefalópodos (calamar, pulpo o sepia) y la enfermedad sólo se puede contraer si se comen estos productos crudos o sometidos a preparaciones que no matan al ANISAKIS

El ANISAKIS se puede encontrar en las ostras, mejillones, almejas, coquinas y demás moluscos bivalvos; pescados de aguas continentales (ríos, lagos o pantanos) y piscifactorías de agua dulce; las semiconservas como las de anchoas (en envase metálico, de vidrio u otras presentaciones); y los pescados desecados salados de manera tradicional, como el bacalao o las mojamas.

La legislación europea y española obliga a que los productos de la pesca no se pongan a la venta con parásitos visibles.

Señalar como exige la ley que los establecimientos deben garantizar que los productos de la pesca para consumir crudos o tras una preparación que sea insuficiente para destruir los parásitos, han sido previamente congelados en las condiciones por la legislación.

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ECOMMERCE amenaza del MEDIOAMBIENTE

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El crecimiento del ECOMMERCE es una amenaza para el medio ambiente



Solo en España y en 2016 se facturaron 24.185 millones de euros al año en ventas de ECOMMERCE realizadas a través de Internet.

En 2016 compramos un 20,8% más online que en 2015

El lado poco verde del ecommerce

De entrada, el ecommerce no tiene que ser menos respetuoso con la naturaleza de lo que lo es el comercio tradicional. Al fin y al cabo, para mover los productos que se compran online hay que echar mano de medios de transporte, pero lo mismo ocurre con los productos que compramos offline.

El ECOMMERCE empieza a ser sin embargo poco respetuoso con el entorno cuando los consumidores cambiamos cómo queremos recibir los productos que compramos.

Como recuerdan desde la Universidad de California, todo es una cuestión de eficiencia.

Las tiendas online nos intentan seducir cada vez más con procesos de entrega más y más rápidos porque eso es lo que los consumidores buscamos cada vez más.

Los diferentes estudios sobre ECOMMERCE y expectativas de los consumidores suelen destacar como, a medida que nos vamos acostumbrando al ECOMMERCE y este empieza a ofrecer comodidades y mejoras, los tiempos de entrega son la cuestión que marca la diferencia.

El mejor vendedor online es el que más rápido nos trae el producto, o al menos eso es lo que sentimos, lo que hace que todos ellos intenten posicionarse con la entrega inmediata. El ‘de hoy para mañana’ es lo que nos parece más interesante.

Pero eso es también lo que acaba resultando más contaminante. Se podría decir que las compras online son más verdes que las offline, menos cuando se escoge la opción de entrega rápida. Esto no solo es una pesadilla logística para las empresas que venden online, que se tienen que esforzar por ser rápidas, y para las que dan servicios de entrega, que deben cumplir con fechas de entrega record, sino también para el medioambiente.

Cómo contaminan más

Por un lado, la entrega rápida es mucho más contaminante porque se acaban poniendo en juego más medios de transporte. Las tiendas online y las empresas de logística que trabajan para ellas mueven los paquetes como sea necesario para que las cosas lleguen rápido.

En países de gran tamaño, como EEUU, esto puede suponer, por ejemplo, meter en una entrega en avión un paquete que de otro modo hubiese circulado en camión y hubiese tenido una huella contaminante menos amplia.

Pero además la entrega rápida no solo implica usar más tipos de medios de transporte, sino también poner más camiones en la carretera. Para pode circular a la velocidad necesaria, hay que estar poniendo en marcha el transporte todo el tiempo.

Estos camiones de reparto son también mucho menos eficientes. Con la entrega tradicional, las empresas esperan a tener bien cargados sus camiones para ser eficientes. Estos salen cuando están llenos, en cierto modo haciendo que el viaje merezca la pena.

Con la entrega rápida, no se espera a llenar el espacio de almacenaje, sino que se toman decisiones marcadas por el tiempo. Para repartir el mismo número de envíos se requieren más vehículos circulando y por tanto más emisiones contaminantes.

Y, finalmente, también está la cuestión de los desechos. En lugar de concentrar las compras en un embalaje, haciendo que por ejemplo el libro, los calcetines y el disco duro que se acaba de comprar en la tienda online de turno lleguen juntos, la compra se separa en múltiples paquetes.

Las cosas van saliendo cuando están para no retrasar a los demás productos de la compra. Y con eso se acaba gastando más cartón y generando más residuos plásticos.

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15 jul 2018