También se utiliza en otras zonas de los hospitales como puede ser en la higiene de la cocina, las limpiezas a fondo, en las cámaras frigoríficas y ... .
Así los protocolos de LIMPIEZA HOSPITALARIA, se adaptan de acuerdo con el estado actual de la tecnología y los programas de control de infecciones.
Como resultado el objetivo es reducir el riesgo de infecciones asociadas a la atención médica, porque los pacientes adquieren infecciones mientras reciben tratamiento en un hospital.
Numerosos estudios a nivel internacional determinan que al cabo de un año de haber utilizado sistemas de OZONO las tasas de infección han disminuido más de la mitad.
La reducción ha sido del 56% en los hospitales que han UTILIZADO la DESINFECCION con OZONO en sus protocolos de limpieza.
Estos resultados están en línea con los experimentados en los estudios de otros países y lo que las investigaciones han indicado.
Los sistemas de generación de ozono para hospitales incorporan las medidas de seguridad, como: avisos lumínicos, turbinas de expansión para que el gas ozono penetre en articulaciones, muelles, etc... de mesas de intervención o en el caso de habitaciones también en las articulaciones y muelles de las camas utilizadas por los pacientes.
El Generador de Ozono adecuado permite, hacer el tratamiento en una habitación en 5 minutos y en los quirófanos en 7 minutos.
La propia OMS, así como los centros para el control y la prevención de enfermedades han instado a los hospitales a intensificar sus esfuerzos, en la lucha contra los organismos resistentes a múltiples medicamentos.
Ambos son coautores de 'Potencia tus defensas' (Espasa), un manual escrito entre padre e hijo en pleno confinamiento y con el que pretenden aportarnos todas las 'pistas' para reforzar nuestro sistema inmunitario.
Según indican, hoy sabemos que hay moléculas contenidas en los alimentos y en los nutrientes que ejercen un papel "muy importante" en el sistema defensivo del organismo, se conocen como 'inmunocompetentes', ya que intervienen en los mecanismos del sistema inmunológico en general, pero también de forma precisa en aspectos determinados.
Por esta cualidad, según afirman los doctores Escribano, podemos atribuirles a los nutrientes que las contienen la propiedad de ser 'inmunonutrientes': "Si desarrollamos una nutrición en la que se contemple la presencia de estos alimentos estaríamos hablando de una parte de la alimentación, en general y de la nutrición, en particular, que podemos llamar 'inmunonutrición'. Con ella mejoraremos nuestro sistema inmune, a través de la inclusión en nuestra alimentación de ciertos alimentos con estas propiedades".
En concreto, señalan que con los niveles adecuados de azúcar en la sangre, la presencia de determinados lípidos, de proteínas y en concreto, de los aminoácidos que las componen, de algunas vitaminas y minerales, de algunos otros alimentos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y cuidando la flora intestinal entre otras cosas más, mantendremos de forma óptima y mejoraremos en todo lo que esté en nuestra mano el funcionamiento del sistema inmunitario.
Así, entre los grupos de nutrientes que tienen la capacidad de actuar sobre el sistema inmunológico se encontrarían:
1.- HIDRATOS DE CARBONO: Desde hace tiempo se sabe que los pacientes diabéticos son más susceptibles de padecer enfermedades infecciosas. El metabolismo de la glucosa y sus alteraciones tienen indudables repercusiones en el sistema inmunológico. La glucosa es el combustible principal de las células.
2.- LÍPIDOS, GRASAS: Además de sostener las vitaminas liposolubles, recordar que todas las células tienen un componente lipídico fundamental para su integridad. Cuando el aporte de lípidos es muy escaso esta protección inicial, pero elemental en la primera respuesta inmunológica se deteriora. Aquí recuerdan que los ácidos grasos esenciales son necesarios para ciertas funciones que el organismo no puede sintetizar, por lo que deben obtenerse de la dieta, especialmente los omega 3 y los omega 6 (pescados azules como salmón, caballa, sardinas y arenques; presentes en los frutos secos como nueces, germen de cereales o el aguacate).
3.- PROTEÍNAS Y AMINOÁCIDOS:Componente básico de todas las células, pero además intervienen en la formación de anticuerpos, hormonas, enzimas, neurotransmisores, entre otras sustancias fundamentales para el desarrollo de la vida del organismo y el sistema inmunológico. Se encuentran en: frutos secos, la carne, los huevos, el salmón, los lácteos (en especial queso, leche entera y yogur), la soja, el maíz, los garbanzos, las lentejas, las habas, los guisantes, las espinacas, la remolacha, el perejil y la col; en la carne de cerdo en el marisco, pescado azul; en verduras como cebollas, pimientos, ajos, champiñones y espinacas y fruta como el aguacate, kiwi, uvas, fresas o la sandía, plátano, cerezas y piña, la carne de pollo o pavo por ejemplo.
4.- VITAMINAS: En el caso de las liposolubles tienen un papel fundamental en el sistema inmune y en la respuesta inmunitaria, claves en el desarrollo del tejido epitelial que cubre la piel y todas las cavidades de entrada en el organismo y tienen un papel destacado en la producción de células indispensables en las defensas, como son los leucocitos, y moléculas como los anticuerpos. "Si no tomas fruta y verdura no tendrás vitamina C. Hay que comer unos 80-100 mg diarios, en kiwi, pimiento rojo, todas las frutas sobre todo las rojas y naranjas; la vitamina D hay que tomarla también y después tomar el sol, para que nuestro cuerpo la sintetice. La vitamina A en el hígado, en los huevos, en la leche entera, en el brócoli, en la zanahoria, en las espinacas, en la remolacha y en la calabaza", señala a Infosalus el doctor Escribano Zafra.
Sobre la vitamina D dice que es un problema en la actualidad su déficit puesto que la dieta y la luz solar son las fuentes desde donde se obtiene. Son fuente de vitamina D los pescados grasos, como la caballa, el atún, el salmón, las sardinas, la leche entera, el aceite de hígado de bacalao, los huevos, la mantequilla y algunas carnes.
En cuanto a las vitaminas del grupo B señalan que son en general importantes para el sistema inmune, pero especialmente la B6, la B9 (ácido fólico) y la B12, pues afectan a la respuesta de los linfocitos y a la producción de anticuerpos. Se encontrarían, según indican, en: sardinas, boquerones, salmón, ostras, nueces, lentejas, garbanzos, plátano, brócoli, cereales integrales, zanahoria, leche entera y quesos curados (vitamina B6); en la lechuga, levadura de cerveza, zanahorias, escarola, tomate, espinacas, perejil, brócoli y frutos secos (B9); y la B12, fundamental para formación de glóbulos rojos y para el sistema nervioso, está en carnes, huevos, lácteos, vísceras, pescado azul y los quesos.
5.- MINERALES Y OTRAS MOLÉCULAS: "Minerales como el hierro, el selenio, el cobre o el zinc son muy importantes como inmunoreguladores. Si comes de todo y comes bien, equilibradamente, tienes todo esto, pero si piensas en comer solo un tipo de carne, o solo un tipo de verdura, no va a funcionar", advierte el experto.
Mientras que el hierro se encuentra en carnes rojas y en las vísceras como el hígado, también está en muchas semillas, legumbres, germen de trigo, cereales integrales y frutos secos, pero el organismo asimila mucho mejor el hierro de los productos de origen animal que de origen vegetal. Su absorción se favorece en gran medida con la presencia de vitamina C.
El zinc está presente en los pescados, en los huevos, cacahuetes, guisante, o en en el chocolate. A su vez, indican que el selenio está en casi todos los mariscos, pipas de girasol, las hortalizas, las nueces y las carnes rojas. En cuanto al cobre, apuntan al hígado, frutos secos, marisco, cangrejos, vísceras, semillas, cereales de salvado de trigo y el chocolate.
Con todo ello, los doctores Escribano insisten en que los 5-10 alimentos básicos para fortalecer nuestras defensas ahora que estamos en pandemia serían: Los pescados azules porque tienen un cantidad de nutrientes "magníficos"; los frutos secos como las nueces y las pasas; cualquier clase de fruta y de verdura, sobre todo las de coloridos con muchas vitaminas y la C en concreto para todo lo que son las defensas; el aceite de oliva con polifenoles y vitamina E como antiinflamatorio y los probióticos que mantienen activa la microbiota, "que tiene una enorme relación con el sistema defensivo, forma parte del entrenamiento del organismo".
En este contexto, el doctor Escribano Zafra, también profesor de la Universidad de Navarra, recuerda que aparte de la alimentación, es clave a la hora de cuidar de nuestro sistema inmunológico el sobrepeso y la obesidad, "uno de los aspectos que más le afecta", tal y como se está viendo con la COVID-19.
También apuntan al sueño y a dormir el tiempo necesario, "de alguna manera cuando duermes poco tus defensas bajan, hay algo que hace que durante el sueño hace que el sistema inmune se recomponga"; la actividad física aeróbica, mantenida y suave, "caminar una hora, correr bien, pero sin atacarse de kilómetros".
Tampoco favorecen nuestro sistema defensivo el tabaco, el alcohol, aunque en realidad ninguna droga. "Está comprobado que la gente que bebe tiene un sistema defensivo más bajo. El estrés, la ansiedad, y los estados depresivos y una actitud mental negativa no se sabe por qué ocurre pero también influyen negativamente. La gente que es positiva, incluso en la cicatrización de heridas, en el parto, o en los problemas crónicos, se ha visto que la gente reacciona mejor y de alguna manera el sistema defensivo es subsidiario de la actitud mental", sentencia.
Este comportamiento en seres tan sociales no es inusual en el reino animal.
En el caso de las langostas espinosas del Caribe (Panulirus argus), de carácter social y los científicos observaron que un virus es transmitido en distancias cortas en el agua, como resultado es letal entre las langostas más jóvenes.
Las más sanas logran detectarlo gracias a señales químicas y rehúyen de los ejemplares infectados, negándose a compartir refugio con los enfermos.
Por ejemplo el experimento en pinzones mexicanos (Carpodacus mexicanus), aves muy sociales y que esquivan a miembros de su misma especie si estos enferman.
Abundan los ejemplos entre animales, incluso entre peces, como el caso de los juveniles del espinoso (Gasterosteus aculeatus) y evitan los bancos infectados con ectoparásitos.
Al igual que estos animales, desde hace un año, los humanos hemos empezado a tomar medidas y distan mucho de nuestro habitual comportamiento social.
La crisis de la covid-19 ha impuesto nuevas normas a las interacciones sociales: la más evidente, el DISTANCIAMIENTO SOCIAL.
Pero esta estrategia de protección no es exclusiva a las personas y lo demuestran los ejemplos anteriores, no es una invención humana.
“Los seres humanos y otros animales comparten mecanismos similares para frenar la propagación de enfermedades, aunque nosotros hemos incluido además la vacunación y otras terapias a nuestro arsenal de defensas”, comenta a SINC Mark J. Butler, investigador en el Instituto de Medioambiente de la Universidad Internacional de Florida, en EE UU, y autor junto a Donald Behringer, científico en la Universidad de Florida en Gainesville, de un estudio publicado en la revista BioScience.
Olfato y otras señales para detectar a los enfermos
Simios, ratones, pájaros, peces, langostas, abejas y hormigas, por nombrar algunos, todos usan algún tipo de DISTANCIAMIENTO SOCIAL.
Pero las especies con las redes sociales más fuertes, por ejemplo, las abejas y las hormigas, también comparten otros comportamientos similares a los humanos.
Porque reducen la propagación de enfermedades, así como la desinfección y el entierro a distancia de los fallecidos.
En la naturaleza se propagan de manera frecuente infecciones entre especies animales debido a sus movimientos y la sociabilidad.
Cada una de ellas, desde los simios hasta las langostas, ha evolucionado de manera independiente para hacer frente a las enfermedades.
En general, la extensión de epidemias fuerza a los animales a desplazarse y alejarse, de manera eficaz, los unos de los otros.
Pero a diferencia de las personas, los animales salvajes tienen la capacidad de detectar de manera temprana y por medios muy simples las infecciones que los amenazan en sus entornos naturales.
La mayoría de ellos las identifican de forma muy efectiva usando señales químicas (a través del olor) y deberíamos considerar estas medidas.
Así, la clave del éxito de la prevención animal es su capacidad para utilizar de manera eficaz las señales y a menudo olfativas para identificar a los individuos enfermos pero los humanos confiamos en señales visuales o auditivas de baja precisión, como la fiebre o la tos.
Algunos animales también usan señales visuales en busca de comportamientos extraños para detectar a los enfermos de su grupo, igual que las personas.
El trabajo confirma la efectividad del DISTANCIAMIENTO SOCIAL en el mundo animal y reforzado por la adaptación de su sistema inmunitario y los desafíos a los que se enfrentan los animales sociales, así como los humanos, en cuanto a patologías, así como los mecanismos de protección, porque son en realidad similares.
Referencia:
Mark J. Butler et al. “Behavioral Immunity and Social Distancing in the Wild: The Same as in Humans?” BioScience
"Mientras haya tantas personas vulnerables y levantemos las medidas, que ya las estamos levantando, seguirá habiendo olas. Luego sí, habrá otra después de que acabe esta", afirma Margarita del Val.
El coronavirus pasará a ser endémico: prepárate para la nueva normalidad
La viróloga, que ya alertó previamente sobre los riesgos que conllevarían las Navidades para el repunte de los contagios, pronostica ahora que la próxima ola de coronavirus en España podría darse "a finales de marzo" y será tan seria como la actual.
"Si hemos hecho planes para Semana Santa, no los cambiaremos, nos reuniremos con gente, seguirá haciendo frío y habiendo actividad en interiores, con lo que se producirá una ola tan fuerte como esta, con muchas personas mayores muriendo", afirma.
Margarita Del Val considera necesario "regular" las cuarentenas
Del Val se muestra crítica con las medidas de protección asumidas en nuestro país, que en su opinión se imponen de manera algo laxa, pues "en cuanto se aplana la curva, ya empezamos a desescalar".
La reputada viróloga considera que aquí "se da el alta médica demasiado pronto" y tampoco se está permitiendo que la gente guarde los diez días cuando es contacto de un positivo.
Como ejemplo marca la necesidad de regular como baja laboral los casos en los que los padres conviven con niños que han sido contacto de un positivo.
"No está registrado como baja laboral y eso es un problema. Por lo tanto, al principio de la infección, cuando uno puede ser contagioso y no saberlo, estamos haciendo circulación relativamente libre", matiza.
La científica sí se muestra optimista, en cambio, en lo relativo a la estrategia española de vacunación, y defiende el ritmo con el que se están administrando las dosis en nuestro país, marcado por el acceso a las vacunas disponibles.
"El ritmo de vacunación es lo mejor posible con las dosis disponibles, que son pocas. La fabricación, la producción de la vacuna es un cuello de botella" afirma.
También son buenos los pronósticos de la experta de cara al verano, cuando la viróloga augura un descenso de los contagios.
"En verano vamos a tener mejor tiempo, con lo que la probabilidad de contagiarse es diez veces menor. Además, tendremos la campaña de vacunación bastante más avanzada y más información sobre cómo funcionan las vacunas, con lo que veremos las cosas de otra manera. Con eso, en algún momento podremos hacer planes o no de vacaciones. Algo que descarto para Semana Santa, es muy prematuro, desde luego".