La ONG Environmental Working Group ha realizado un estudio para demostrar que, con algunos cambios en nuestra dieta, podemos reducir drásticamente los elementos nocivos que muchos productos contienen.
Fuente: ecoalimenta.com (10/04/09)
Existen algunos productos que, por sus características y por el proceso de producción que conllevan, suponen un gran riesgo para nuestra salud. La ONG norteamericana Environmental Working Group (EWG) ha identificado siete productos de alto riesgo para nuestra salud, debido al alto índice de químicos que habitualmente contienen.
La asociación ha realizado el estudio para demostrar que, con algunos cambios en nuestra dieta, podemos reducir drásticamente los elementos nocivos que muchos productos contienen. De este modo, no es necesario, según la ONG, “que nos gastemos todo el dinero en comprar todos los productos orgánicos”. Basta con adquirir la versión orgánica de aquellos alimentos más peligrosos que con más frecuencia aparecen en nuestra dieta.
Para empezar el cambio, la asociación propone pasarse a la versión orgánica de siete productos:
Productos lácteos: si bien su consumo es esencial en la infancia, la abundancia de químicos y la adición de hormonas y antibióticos en su producción socavan los efectos beneficiosos de los lácteos no ecológicos.
Patatas: es un alimento básico no sólo en EEUU, sino también en Europa. Pero las patatas es una de las hortalizas en cuya producción más plaguicidas se utilizan. Y lo que es peor: muchos de estos elementos químicos no pueden eliminarse aún cuando las lavamos y pelamos.
Carnes: según EWG, los productos de origen animal contienen antibióticos, hormonas y metales pesados que se utilizan para acelerar el crecimiento de los animales. En este grupo se incluyen las aves de corral y los huevos.
Ketchup: producto básico en la dieta norteamericana, diversos estudios indican que, además de no tener restos químicos, el ketchup orgánico tiene el doble de efectos antioxidantes que la convencional.
Manzanas: de las frutas, la más peligrosa es la manzana, debido a la gran cantidad de plaguicidas que se utilizan en su producción. Según EWG, “una manzana orgánica al día es esencial para no pisar la consulta del médico”.
Café: los cultivos convencionales de café se basan en el uso intensivo de plaguicidas, además de contribuir a la deforestación.
Nueces y semillas: plaguicidas y funghicidas están muy extendidos en la producción de estos productos. Muchas variedades son “blanqueadas” tras la cosecha. En el grupo se incluye la crema de cacahuete y algunas mantequillas.
EWG ha publicado, recientemente, la "Shopper's Guide to Pesticides in Producir", una guía que repasa los productos con más contenidos químicos en EEUU. La lista se basa en los resultados de cerca de 43.000 pruebas de detección de plaguicidas en alimentos del país durante 2000 y 2005.
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