Lo de mirarse siempre el ombligo puede tener un sentido peyorativo, pero habida cuenta de la biodiversidad que habita en el ombligo humano, quizá deberíamos cambiar la expresión popular: mirarse el ombligo puede llegar a ser tremendamente interesante
Nada menos que 2.369 tipos de bacterias son las que viven en nuestros ombligos (algunas de ellas sorprendentes, pues habitan también en ambientes marinos), según una investigación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte que ha publicado en la revista PLOS One un análisis genético. Se trata de los primeros resultados de Proyecto Biodiversidad del ombligo.
Fuente: ABC (17 de noviembre de 2012)
Tal y como señala Rob Dunn, coautor del estudio:
Al estudiar cada ombligo hemos identificado una inquietante e inmensa riqueza de vida: el ombligo medio de cada ser humano hospedaba alrededor de 67 especies y entre las 66 muestras reunidas encontramos miles de especies distintas, si una gran diversidad como una jungla del parque jurásico.
Muchas de las bacterias eran raras y aparecían en menos de diez de cada 60 personas del estudio. Sin embargo, las bacterias comunes eran compartida por más del 70% de los ombligos. Los autores recuerdan que, sin estos microbios, nuestro sistema inmune no funcionaría adecuadamente.
Nuestro propio ombligo puede resultarnos una vulgar hendidura que vemos cada día, casi un agujero ridículo y al que apenas prestamos atención, pero, sin embargo, es un territorio relativamente inexplorado lleno de vida.
Nuestro ombligo esta pequeña cicatriz, es el ombligo de la jungla de bacterias y además muchas si muchas bacterias diferentes de microorganismos que habitan nuestra cicatriz universal, el ombligo.
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