Fuente: Noticasdelaciencia (28 marzo 2012)
Como grupo, los fumadores sufren de una mayor tasa de enfermedades orales que los no fumadores, y de entre esas dolencias destacan especialmente las de las encías.
Así lo ha comprobado el equipo de Purnima Kumar, profesora de periodontología en la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos. Ella y sus colegas trabajan en una línea de investigación sobre el papel que desempeñan las comunidades microbianas del cuerpo en la prevención de enfermedades orales.
Los fumadores también presentan niveles más elevados de citoquinas, compuestos que el cuerpo produce para combatir las infecciones bucales, lo cual indica que el cuerpo está activando sus defensas contra las infecciones bucales. Clínicamente, esta respuesta inmunitaria se presenta en forma de encías enrojecidas e inflamadas, en lo que se conoce como gingivitis. Si este problema persiste demasiado tiempo, puede degenerar en una piorrea (periodontitis), con el resultado final del desprendimiento de piezas dentales.
Sin embargo, el cuerpo del fumador no sólo está tratando de combatir a las bacterias dañinas. Los tipos de citoquinas presentes en las encías de los fumadores han indicado a los autores del nuevo estudio que el cuerpo del fumador trata también a las bacterias beneficiosas como a una amenaza.
Aunque todavía es muy poco lo que Kumar y sus colaboradores saben acerca de los mecanismos subyacentes en los procesos descubiertos, sospechan que el tabaquismo distorsiona las comunicaciones, que de otro modo serían normales, entre las comunidades de bacterias beneficiosas y el sistema inmunitario de la persona en cuya boca residen. Esa distorsión crea confusión, con el resultado final de que las bacterias beneficiosas son consideradas equivocadamente como enemigas por el sistema inmunitario del fumador.
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