La elaboración de carne in vitro, en fase de investigación, se perfila como una nueva forma de producción cárnica adaptada a las demandas del consumidor
El término in vitro conduce a pensar en la ciencia de la medicina, ya que es en este campo donde la técnica está más avanzada. Sin embargo, y aunque parezca ficción, esta tecnología también podrá estar al alcance de los alimentos, lo que significará en unos años un gran avance en el sector alimentario. Uno de los principales desarrollos en este ámbito es la creación de nuevas técnicas capaces de producir músculo con el uso de células extraídas de animales vivos, que después se cultivan in vitro y se someten a distintos procesos tecnológicos.
Fuente: consumer (16 de enero de 2011)
Por NATÀLIA GIMFERRER MORATO
Uno de los grandes logros de la producción de carne in vitro, no disponible aún en el mercado, es la posibilidad de controlar de manera muy precisa la cantidad de grasa de la carne, es decir, la proporción adecuada de ácidos grasos. Así se obtiene un alimento más saludable. Los responsables de estas primeras investigaciones admiten que el principal objetivo no es solo elaborar una carne más saludable, sino que hacen especial hincapié en la creación de nuevos sistemas de elaboración, es decir, en la posibilidad de elaborar alimentos en el laboratorio.
Esta tecnología reduciría de manera significativa las enfermedades en los consumidores, como la provocada por el mal de las vacas locas o la salmonelosis. Para los expertos, el riesgo de contaminación en el laboratorio es mucho menor que en las granjas y otros puntos de producción porque las condiciones de esterilidad son distintas que en los mataderos convencionales. Además, elaborar carne según la demanda supone un mejor rendimiento. Se calcula que un 80% de los alimentos que se dan a los animales para su crecimiento se desaprovechan. Sin embargo, la elaboración in vitro no requiere esta práctica, ya que no hay animales que alimentar.
Etapas de la producción in vitro
La producción de carne en laboratorio parte de la selección de células extraídas del animal y de la producción de músculo apto para elaborar carne
De las distintas líneas de investigación inicidas, unas se centran en la selección de células que se extraen del animal y otras en la producción del músculo que sea apto para la elaboración de productos cárnicos. La primera línea, la selección de las células a partir de las cuales de desarrollará el músculo, supone más problemas. Los investigadores utilizan células miosatelites, es decir, células madre ya adultas y responsables del crecimiento muscular.
¿Cómo se obtienen estas células? En primer lugar, se realiza una biopsia al animal, ya sea cerdo, vaca, oveja, pavo o pollo, un proceso que no supone ningún daño porque es una técnica muy poco agresiva. Mediante el uso de enzimas, se extraen las células desecadas de la biopsia y se colocan en un cultivo para que se multipliquen. Este cultivo es, con frecuencia, suero fetal bovino de vacas muertas, con antibióticos y antifúngicos.
Cuando las células han crecido lo suficiente, se seleccionan las más grandes y se colocan sobre una estructura donde se empiezan a formar las miofibras, que acabarán por formar la totalidad del músculo. No obstante, el músculo que se obtiene es débil y sin textura, de ahí que sea necesario ejercitarlo. Para ello, se colocan las miofibras en unos puntos de anclaje donde se crea una tensión muscular natural y se consigue un aumento de proteínas que pasa de 100 mg a 800 mg en pocas semanas. La última fase, aún en estudio, consiste en añadir a la carne obtenida los contenidos de nutrientes esenciales, como hierro o vitaminas.
Debate
Cada vez más, los consumidores quieren saber qué comen, de dónde procede y cómo se ha elaborado. Los investigadores saben que habrá un grupo de población que no verá con buenos ojos esta nueva técnica. Sin embargo, confían en que es cuestión de tiempo, ya que esta novedad supone un gran avance. Cuentan con el apoyo de organizaciones en defensa de los animales y se sustentan, además de en el avance científico que supone, en la posibilidad de elaborar carne según la demanda y con una composición equilibrada y saludable.
Los detractores de la carne in vitro cuentan con las organizaciones ecologistas, que instan a mejorar las condiciones del ganado antes que estudiar elaboraciones alternativas a las habituales. Además, sostienen que se desconocen los efectos secundarios de todas las etapas de elaboración y el gasto económico que supone elaborar carne in vitro a gran escala. Ahí radica la polémica.
MÍNIMOS DE BIENESTAR ANIMAL
La Ley española 32/2007 aboga por conseguir que los animales crezcan y lleguen al sacrifico en las mejores condiciones posibles. Algunas de las condiciones que se deben cumplir son:
• Es necesario que todo el personal esté formado en materia de bienestar animal.
• Todas las explotaciones estarán bajo inspección veterinaria con el fin de asegurar el cumplimiento de la normativa.
• Las inspecciones se realizarán en los animales vivos antes de su sacrificio.
• Se tendrá especial atención a detectar casos de dermatitis de contacto, parásitos o enfermedades sistemáticas que indiquen que los animales han estado criados bajo condiciones inadecuadas.
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