• virus,
• olores,
e
Como es sabido, la mayoría de las enfermedades son transmitidas por el aire y el agua.
El ambiente más propicio para la incubación de cualquier tipo de bacterias, son aquellos lugares donde existe una escasa ventilación, calor y un cierto grado de humedad.
Generalmente, en colegios y escuelas, la aglomeración de personas, la calefacción y la transpiración, permite obtener las condiciones óptimas para el desarrollo de estas bacterias y gérmenes.
El doctor en medicina J. Mauderle del Instituto del OZONO en Zurcí escribe: “en las instalaciones frigoríficas la mayor parte de las bacterias son destruidas por una ozonización del aire relativamente débil. Esta constatación vale igualmente para otros locales: salas de clase, salas de enfermos, locales industriales, almacenes, etc.. Por esta razón, por consideración de higiene, el empleo de un generador de OZONO es muy recomendable.
Esta medida no solamente sirve para la desodoriziación del aire en estos locales con el fin de hacer más agradable la estancia en ellos, al mismo tiempo, tiene una grandísima importancia desde el punto de vista profiláctico.
Cuando un alumno, por las circunstancias que sean, fuera portador de una enfermedad contagiosa, las bacterias y virus de dicha enfermedad encontrarán en las aulas el ambiente propicio para la incubación y multiplicación, y acto seguido veremos que el porcentaje de contagios aumentará progresivamente.
Infinidad de escuelas de los Estados Unidos y de Europa, se encuentran sometidas a una OZONIZACIÓN constante para neutralizar cualquier tipo de enfermedad contagiosa que pudiera venir del exterior de las mismas.
Una de las pruebas más convincentes de la acción del OZONO es la ausencia total de olores de tipo orgánico e inorgánico.
Resumiendo, diremos que la AUSENCIA del OZONO en el aire es la prueba de que está contaminado.
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