La mayoría de la gente comprende que para perder peso significativamente hay que cambiar la actitud hacia lo que se escoge para comer y la frecuencia con que se hace ejercicio. Pero, ¿y si el simple hecho de masticar un chicle después de las comidas pudiera contribuir a este propósito?
Fuente: Noticiasdelaciencia (30 dic.´11)
Esa es la pregunta que un equipo de científicos está tratando de responder.
En un estudio pionero, el equipo del químico Robert Doyle, de la Universidad de Siracusa en Nueva York, ha demostrado por primera vez que una importante hormona que ayuda a que la gente se sienta "llena" después de comer puede ser llevada al torrente sanguíneo por vía oral.
En la investigación también han trabajado científicos de la Universidad Murdoch en Australia.
Esta hormona, llamada PYY, es parte de un sistema químico que regula el apetito y la energía. Cuando comemos o hacemos ejercicio, se libera PYY en nuestra sangre. La cantidad de PYY liberada se incrementa con la cantidad de calorías consumidas. Estudios anteriores ya mostraron que las personas obesas tienen menores concentraciones de PYY en sangre antes o después de comer que las no obesas. Además, la inyección intravenosa de PYY en un grupo de voluntarios obesos y no obesos aumentó los niveles de la hormona en el suero sanguíneo y redujo la cantidad de calorías consumidas en ambos grupos.
Lo que se necesita es un modo de proteger a la PYY para que pueda viajar a través del sistema digestivo manteniéndose relativamente intacta. Hace varios años, Doyle desarrolló un modo de usar la vitamina B12 como vehículo para administrar oralmente la hormona insulina. La B12 puede pasar a través del sistema digestivo con relativa facilidad, y llevar consigo insulina, u otras sustancias, hasta el torrente sanguíneo. De modo similar, su equipo de investigación añadió la hormona PYY a su sistema de transporte mediante vitamina B12. El objetivo de la primera fase de este estudio fue demostrar la viabilidad de hacer llegar una cantidad clínicamente relevante de PYY al torrente sanguíneo. Y el objetivo se ha logrado ahora.
El siguiente paso consiste en encontrar modos de introducir el sistema de B12-PYY en medios tales como un chicle o una píldora, para crear un suplemento nutricional que ayude a bajar de peso a la gente casi del mismo modo en que los chicles con nicotina son usados para ayudar a dejar de fumar.
Si se consigue, este chicle con PYY sería un modo mucho más natural que otros de ayudar a que la gente pierda peso. Las personas con kilos de más podrían tomar una comida equilibrada y luego masticar un chicle. El suplemento de PYY comenzaría a surtir efecto entre tres y cuatro horas más tarde, disminuyendo el apetito del individuo cuando estuviera cerca de la hora de su próxima comida.
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