¿Es posible que el pescado en la dieta de las mujeres embarazadas contribuya a la capacidad intelectual futura de sus bebés? Los descubrimientos realizados por un estudio publicado en American Journal of Clinical Nutrition indican que los hijos de mujeres que han consumido más pescado durante el embarazo producían mejores resultados en pruebas de inteligencia verbal, habilidades motoras complejas y comportamientos proclives a la socialización.
FUENTE: CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario (11/01/2012)
Los resultados proceden del proyecto Nutrimenthe (Efecto de la dieta en la capacidad intelectual de los niños), financiado con 5,9 millones de euros mediante el tema Alimentos, agricultura y pesca, y biotecnología (KBBE) del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.
Los pescados grasos son la fuente más importante de ácido graso omega-3 de cadena larga como el ácido docosahexaenoico (DHA), un componente estructural clave de las células y sobre todo de la membrana de las células encefálicas. La Comisión Europea respalda las afirmaciones de que el DHA "puede contribuir al desarrollo normal del cerebro y al desarrollo normal de los ojos del feto y del lactante alimentado con leche materna". (EFSA Journal 2011;9(4):2078).
En el estudio Nutrimenthe los investigadores investigaron la manera en la que el pescado influye en dicho efecto y en la variación genética de la capacidad intelectual. Los socios del proyecto se dedicaron sobre todo al estudio de polimorfismos en el grupo de genes del ácido graso desaturasa (FADS) que codifican las enzimas delta-5 y delta-6 desaturasa implicadas en la síntesis de los ácidos grasos omega-3 y omega-6.
Gracias al análisis de muestras de sangre de más de 2 000 mujeres en su vigésima semana de embarazo y del cordón umbilical tras el nacimiento, el equipo investigador evaluó los dos ácidos grasos mencionados y el genotipo de 18 polimorfismos de nucleótido simple del FADS. El equipo administró ácidos grasos omega-3 y omega-6 al bebé en desarrollo mediante transferencia placentaria a través del cordón umbilical. Hasta ahora no se había investigado la influencia de los genotipos de los FADS maternales e infantiles en la concentración de estos ácidos grasos.
La Dra. Eva Lattka del Centro Helmholtz de Múnich, el Centro Alemán de Investigación sobre Salud Medioambiental y su equipo descubrieron que los polimorfismos en el grupo genético de los FADS influyen en los ácidos grasos de la mujer en el embarazo. Según los investigadores, la composición de los ácidos grasos en la sangre umbilical precisa de los genotipos maternal e infantil, de modo que los genotipos maternales están sobre todo asociados a los precursores de omega-3 y los infantiles al de omega-6. También descubrieron que la concentración de DHA también estaba asociada con los genotipos de la madre y el niño.
"La contribución del feto a la síntesis de ácidos grasos omega-3 es mayor de lo que se creía y los niveles de DHA dependen de los metabolismos de la madre y el hijo", explicó la Dra. Lattka. "El DHA aportado por la madre puede ser muy importante."
Los socios de Nutrimenthe organizaron un simposio titulado «Nutrición y función cognitiva» durante el Congreso Europeo sobre Nutrición celebrado en Madrid a finales de octubre. En el consorcio de Nutrimenthe participan investigadores de Bélgica, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, España, Reino Unido y Estados Unidos. (EFSA Journal 2011;9(4):2078)
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