Si tocáis algún instrumento musical o en algún momento habéis decidido aprender a tocar uno, seguro que os ha surgido la pregunta de porque la sucesión de algunas melodías nos suenan en armonía y otras disonantes.
Fuente: xatakaciencia (13 sept. 2011)
Además no es necesario tener una formación musical previa para diferenciar unas melodías de un ruido. Si escuchamos a una persona tocar una pieza de piano, y de repente se equivoca al tocar una nota, notaremos como nos chirria algo en el oído.
Es conocido que los acordes musicales más agradables, como por ejemplo la familia de acordes de Do mayor (Do-Mi-Sol), tienen relaciones matemáticas sencillas entre sus frecuencias. Sin embargo, la fuente de esta percepción armoniosa es misteriosa. Una nueva investigación realizada por Bernardo Spagnolo de la Universidad de Palermo (Italia) explica este fenómeno a partir de nuestro sistema auditivo neuronal.
Durante años, han surgido multitud de teorías acerca de cómo y por qué algunos grupos de notas suenan tan agradables. En esta nueva investigación, se expone la idea de que los seres humanos tenemos una serie de neuronas que responden a diferentes frecuencias. Es decir, un grupo de neuronas responde al oír la nota Do en una guitarra, otro al escuchar Mi, etc. Se les conoce como neuronas sensoriaes. No obstante, esto no es suficiente para explicar la percepción armonía en la sucesión de notas. Para explicarla, Spagnolo introduce un tercer tipo de neurona al que llama “interneurona”, y cuya función es recibir las señales de las neuronas sensoriales, procesarlas y enviar al cerebro las melodías escuchadas.
Es más, este grupo de investigadores asegura que las neuronas sensoriales se ajustan al modelo biológico regido por la ecuación “leaky integrate-and-fire”, donde el estímulo —en este caso el sonido— eleva la tensión hasta un punto de saturación, descargando su información en una “interneurona” que transmite una señal hacia el cerebro.
Spagnolo introduce entonces la teoría de la información de Claude E. Shannon y Warren Weaver, que postula que cuanto menos aleatoria es una señal, más información posee. En nuestro caso esta información se conoce como regularidad, y explica si un conjunto de notas es melódico o no. Una serie de notas “buenas” constituyen una alta regularidad, ya que poseen más información en ellas. Mientras que las notas disonantes poseen una menor regularidad.
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