19 may 2007


La crisis de la melamina. (Alimentación animal)



La alerta alimentaria en EEUU por la comida para animales adulterada ha acabado afectando a más de 5.000 productos comerciales y a granjas de aves y cerdos

MERCÈ FERNÁNDEZ

9 de mayo de 2007

El pasado mes de marzo las autoridades sanitarias estadounidenses alertaban, tras varias quejas de consumidores, de un brote de contaminación alimentaria, presuntamente por melamina, en comida para animales domésticos. Hasta el momento la contaminación, que no ha traspasado a ningún país europeo, ha afectado a más de 150 marcas comerciales y se ha extendido a las granjas de aves y cerdos. El incidente revela los contrastes entre la legislación de los mercados occidental y chino.



La preocupación ahora por el brote de contaminación en EEUU es si puede haber afectado a personas o si existe la posibilidad de que la materia prima haya llegado a formar parte de productos de consumo humano. Hasta el momento las autoridades de aquel país descartan tal riesgo. La alerta no afecta a los países europeos ya que los productos adulterados no han entrado en la Unión Europea. La alerta empezó a gestarse el pasado marzo cuando, tras varias quejas de consumidores, un fabricante de comida para gatos y perros detectó, tras pruebas en laboratorio, que sus productos provocaban vómitos y fallo renal en los animales. La empresa inició entonces la retirada de sus productos. Paralelamente, fueron apareciendo más casos en relación con otras marcas comerciales.



A día de hoy, y según datos de la agencia de seguridad alimentaria de EEUU, la Food and Drug Administration (FDA), hasta 150 marcas comerciales se han visto afectadas y se ha procedido a la retirada de más de 5.000 productos de pienso y de comida enlatada para gatos y perros, lo que supone la devolución de millones y millones de paquetes y latas de comida para animales (se estima que sólo la primera empresa afectada tuvo que recuperar 60 millones de unidades).



Proteínas vegetales de origen chino


La principal hipótesis de la contaminación apunta a la melamina presente en proteínas vegetales de origen chino.



«Hay una ausencia real de datos sobre la toxicidad de la melamina excepto por algunos antiguos estudios en ratas», explicaba David Acheson de la FDA en una rueda de prensa.



Aquellos estudios indicaban que en niveles altos de ingestion, la melamina puede llevar a trastornos en forma de piedras en la vejiga y en última instancia cáncer. Esos niveles son «mucho más altos que los que hemos visto en el consumo de animales».



Por todo ello, los expertos creen que la toxicidad se debe a la interacción entre la melamina y algún otro compuesto relacionado con la melamina. A principios de mayo, la Universidad del Estado de Michigan notifica que ha hallado en muestras de los animales muertos varios contaminantes además de la melamina, entre ellos el ácido cianúrico, un metabolito de la melamina. La hipótesis, aún sin confirmar por la FDA, es que estos compuestos, que por sí solos no son muy tóxicos, serían mucho más dañinos al darse conjuntamente ya que reaccionarían formando cristales que bloquearían el funcionamiento de los riñones.



Hasta la fecha, la FDA ha recibido unas 10.000 comunicaciones de ciudadanos afectados, se han notificado a través de organismos veterinarios la muerte de hasta 3.600 perros y gatos, aunque de ellos sólo se han podido confirmar 16 casos como atribuibles a los productos adulterados.



NO AFECTA A EUROPA



La alerta alimentaria por melamina no ha afectado, hasta la fecha, a los países europeos. Fuentes de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) informaban a este medio que para que hubiera tal alerta tendría que haberse detectado en cualquier punto de las aduanas la entrada del producto de las dos empresas chinas fuente de la contaminación. Igualmente, dos de las empresas afectadas explicaban que en España no ha habido incidencias. La materia prima usada para hacer los piensos en las plantas europeas, explicaba una de ellas, proviene de Europa, así que no existe tal riesgo.


La prohibición impuesta por el gobierno chino sobre el uso de la melamina en la producción alimentaria y el cierre de las fábricas que pueden haberla usado alimenta la sospecha de hasta dónde llegan las prácticas de producción en el país oriental y hasta dónde el control. Según informaba la CBS a finales del pasado abril, China insiste en que cada contenedor con productos agroalimentarios es inspeccionado pero la realidad, según algunos expertos, es que los puntos de control estricto «son raros». Por otro lado, también están los medios: es más fácil que para detectar pesticidas o alimentos adulterados las empresas extranjeras dispongan de aparatos más sofisticados de los que dispone el propio gobierno chino, informaba ese medio.



Las asignaturas pendientes son múltiples para una industria que se está desarrollando. Muchas granjas en China son pequeñas y están vendiendo su producción a países extranjeros con regulaciones muy diversas, que afectan al pesticida usado, a la alimentación de los animales, a los aditivos... No es sólo lo que se ponga en los cultivos, sino también el estado de la contaminación en la tierra y las aguas, que afecta a los campos de cultivo y piscifactorías y sus productos. Los retos que debe superar la producción alimentaria China son enormes.