• El OZONO oxida las bacterias, virus, hongos, mohos y hongos; por lo tanto, su uso en la COCINA crea un ambiente totalmente higiénico en el que se preparan los alimentos, libre de gérmenes y enfermedades.
• El Generador de OZONO también elimina los olores, dejando la COCINA totalmente libre de olores desagradables olores de la COCINA rancios, cubos de basura o los desagües, y limpia el aire de la contaminación química como el pegamento o la pintura.
• El Generador de OZONO en el interior de las neveras y congeladores, elimina los olores desagradables de pescado o ajo, etc., que no se pueden eliminar con detergentes. El OZONO penetra en todas las superficies de la zona a tratar, destruye los olores dentro del refrigerador o congelador, incluso en las grietas y rincones, que los métodos de limpieza convencionales no pueden alcanzar.
Durante el Tour de Francia, se dio a conocer que el ciclista de Francia se inyectaba OZONO la molécila de tres átomos de oxígeno para tener más sangre y fortalecer sus músculos.
La manera en que los ciclistas pueden realizar esto es hasta cierto punto sencilla. Lo único que se tienen que hacer es extraerse un poco de sangre, mezclarla con el OZONO y reintroducirla.
“Otorga una ventaja durante un momento determinado, pero no crea efectos secundarios… esa es la razón por la cuál es más complicado detectarlas”, comenta Jordi Segura.
Este sistema de DOPAJE apareció en el Giro de Italia del 2009 y obligó a la Agencia Mundial Anti DOPAJE (AMA) a modificar las reglas.
“Cualquier cosa que aumente la oxigenación de forma artificial está prohibida. Además, desde 2011 está prohibido específicamente extraer sangre y volver a inyectarla”, explican los expertos en el tema.
Detectar a alguien que infringe las reglas y ejerce este tipo de actividad para mejorar su rendimiento es prácticamente imposible desde el lado de la ciencia y la tecnología.
La única forma de acusar y dar paso a investigaciones avanzadas es por medio de un delator. Fue precisamente de esa manera en que las autoridades de la AMA dieron con el caso de Remy di Gregorio.
De la forma menos pensada se puede recurrir a la ventaja sin ética.
El mundo del ciclismo y en general de todos los deportes tienen un nuevo enemigo a combatir.
El OZONO ha remarcado presencia en el mundo de los atletas como el ingrediente incómodo e imperceptible.
La ciencia y la tecnología tienen una nueva tarea: encontrar una nueva forma de detectar a aquellos que busquen aprovecharse de este recurso sin necesidad de una denuncia de un testigo.
Un aumento en la contaminación microplástica a lo largo del fondo marino en el oeste de Irlanda podría tener "repercusiones negativas" potenciales, para el camarón de Bahía de Galway, según los investigadores de NUI Galway.
Los MICROPLASTICOS, plásticos de menos de 0,5 mm, forman parte de un problema global más amplio, que es la gravísima contaminación por plásticos, puesto que este tipo de desechos en cuanto llegan al océano, tienen un fuerte impacto negativo en la vida marina.
Los investigadores han descubierto que la contaminación microplástica está aumentando en la plataforma continental, o sea en el lecho marino de la zona poco profunda, cerca de la costa. El estudio encontró una capa superficial de MICROPLASTICOS en el fondo marino irlandés.
El material recuperado por los investigadores parecía ser MICROPLASTICOS del tipo secundario, lo que significa que son restos de la descomposición de artículos más grandes, que podrían provenir de multitud de elementos de este material, que son desechados sin el correcto reciclaje.
Los MICROPLASTICOS primarios son aquellos que originalmente se fabrican para ser pequeños, como los utilizados en productos de limpieza facial y cosméticos, también llamados micropartículas o microesferas.
El estudio que se publicó en la revista Scientific Reports, encontró un aumento en los MICROPLASTICOS cerca de las pesquerías en la bahía de Galway, lo que significa que este tipo de materiales están llegando a estas áreas con las corrientes marinas o son producto de la descomposición de plásticos vertidos en las cercanías.
"La presencia omnipresente de MICROPLASTICOS en fondo del Mar de Irlanda presenta importantes riesgos para las pesquerías, que tienen una enorme importancia económica, por ejemplo, la de la Gamba de Galway", dijo Audrey Morley, autora principal del estudio y profesora de Geografía Física en NUI Galway.
Su estudio demuestra que la pesquería de la Gamba de la Bahía de Galway está experimentando el impacto de la contaminación microplástica, lo cual tendría “potenciales repercusiones perjudiciales para las gambas, incluyendo una disminución de la aptitud y posibles fallos a nivel reproductivo”.
"Sin embargo, se necesita más investigación para entender los mecanismos que influyen en las interacciones de los MICROPLASTICOS con especies y ecosistemas individuales”, dijo la dra. Moray que adelantó que seguirán estudiando el tema para buscar el origen del problema y las posibles soluciones.
Además de los posibles efectos que los MICROPLASTICOS pueden tener directamente sobre la vida y el comportamiento de las gambas, subyace el problema de que estos crustáceos son muy apreciados a nivel culinario, por su excelente calidad y sabor. Ello implica que la contaminación de las gambas puede afectar a sus predadores naturales y a los seres humanos.
En 2015, durante un vuelo de Madrid con destino al Caribe, una azafata empezó a sentirse mal. Sufría afonía, picores e irritación en la nariz. En el viaje de vuelta, 24 horas después y en el mismo avión, padeció síntomas similares. Tras el aterrizaje, el tripulante de cabina Pedro González encontró en el mamparo (pared que separa a los pasajeros de la zona de personal) restos de aceite. Preocupado por una posible exposición a sustancias tóxicas informó a sus superiores. Un día después acudió a un centro médico aquejado de dolor de cabeza, irritación de la garganta y conjuntivitis. Escribió un informe de lo sucedido al departamento de seguridad de la aerolínea y posteriormente denunció el caso a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea.
Considera que en aquel vuelo fue víctima del SINDROME AEROTOXICO, una amenaza fantasma para la salud (incluso ha sido relacionada con algún caso de fallecimiento), cuya mayor población de riesgo son tripulaciones y viajeros habituales. Fantasma porque su diagnóstico es negado por muchos en el sector de la aviación, que consideran que no existe una evidencia concluyente que relacione estos síntomas con el aire inhalado en cabina.
Sin embargo, el síndrome tiene defensores. Jordi Roig Cutillas, neumólogo en la clínica Creu Blanca de Barcelona, es considerado su principal investigador médico en España: "En mi experiencia, he visto dos casos seguros y uno probable: dos pilotos europeos no españoles y una pasajera frecuente extranjera".
"Estamos en pañales. Como no hay un reconocimiento del síndrome, tan sólo damos parte si lo identificamos. Por ahora compañías y fabricantes no quieren abrir este melón", dice Jesús Cuevas, presidente del sindicato de tripulantes auxiliares de vuelo (Stavla).
Él sabe reconocer ese fuerte olor porque ya se lo ha encontrado. Lo advirtió en un vuelo de 2015 que realizaba procedente de Perú. Cuevas informó al departamento de seguridad de su empresa. La única respuesta obtenida fue un recibido.
A día de hoy, en España no hay constancia de ningún caso oficial de SINDROME AEROTOXICO. Fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea consultadas para este reportaje consideran que "hasta que sea médicamente demostrado y reconocido por la Agencia Europea de Seguridad (EASA), España nada tiene que decir". Por su parte, el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas, Javier Gándara, indica que esta cuestión no ha sido tratada por la asociación y que por lo tanto cada compañía determina cómo afrontar la misma.
El no reconocimiento de la amenaza fantasma hace muy complicado encontrar estadísticas fiables. Aunque sí hay datos relacionados con incidentes de contaminación.
Para el Comité de Toxicidad del Reino Unido, al menos un 0,05% de los vuelos comerciales sufren una exposición a humos (visibles) en el interior de la cabina. Cada año hay 30 millones de vuelos en el mundo, por lo que si la cifra británica pudiera ser extrapolable al conjunto del tráfico aéreo unos 15.000 trayectos habrían tenido este tipo de problemas.
Según un informe de la Autoridad de Aviación Civil del mismo país -hecho público por la cadena ITV News-, entre diciembre de 2014 y marzo de 2015 se registraron 167 casos de aire contaminado que no estaban relacionados con calentadores, cafeteras u otros instrumentos del día a día de la tripulación.
Para valorar la complejidad de la cuestión antes hay que comprender el desafío tecnológico que supone que un avión vuele a 12.000 metros de altura, donde la temperatura (-56,5Cº), la presión y la densidad del aire son incompatibles con la vida humana. Para superar estos escollos atmosféricos y lograr la presurización y climatización adecuadas, la industria aeronáutica utiliza desde hace décadas -en la gran mayoría de sus modelos- el sistema bleed air (aire de sangrado).
Esta tecnología recoge el aire gélido del exterior y lo comprime a través de unos compresores de media y alta presión de los motores que elevan considerablemente la temperatura. De esta manera se obtiene una cantidad de oxígeno suficiente por unidad de volumen para que sea respirable, garantizando la seguridad.
Los defensores del síndrome consideran que el origen del envenenamiento proviene del desgaste de los sellos de los compresores, cuando estos no evitan la filtración de partículas nocivas.
Casos en todo el mundo
El SINDROME AEROTOXICO ha dejado de ser una cuestión de un colectivo. Lo que antes era un debate entre personal aéreo ha trascendido hasta llegar al gran público a través de las redes sociales.
El pasado mes de agosto, un pasajero colgó en Facebook un vídeo realizado con su móvil en el que se veía la entrada de los bomberos en su avión, tras un aterrizaje de emergencia en Búfalo, ciudad del estado de Nueva York. "Me duele mucho la cabeza...Tengo un cansancio extremo...Ha sido bastante terrorífico", decía en la grabación.
Preguntado por el suceso, un experto en transporte aéreo declaró a la cadena CBS que el origen de esos gases está en el motor del avión. "En raras ocasiones el sellado de los compartimentos, que contienen ese aire y otras partes del motor, falla".
La compañía JetBlue, dueña del avión, y la Federación Americana de Aviación (FAA) están investigando el caso. Y no es el único.
El diario The Guardian ha revelado recientemente más casos que podrían estar relacionados con el síndrome.
Matt Bass, de 34 años, tripulante de cabina de British Airways sufrió distintos problemas respiratorios y debilidad muscular antes de fallecer prematuramente. Inicialmente sus síntomas fueron diagnosticados como enfermedad de Crohn. Al producirse el deceso, la familia pagó de su propio bolsillo (5.600 euros) una autopsia toxicológica que reveló que el cuerpo de Bass contenía gran cantidad de organofosforados, sustancias químicas muy nocivas que podrían haberse inhalado en algún vuelo por culpa de aire contaminado en la cabina.
La falta de reconocimiento sanitario y las cláusulas de confidencialidad en los acuerdos con empleados hacen muy difícil cuantificar el número de presuntos afectados. En EEUU, un azafato de American Airlines logró un acuerdo extrajudicial con Boeing tras denunciar que los humos tóxicos del avión lo habían incapacitado laboralmente. En Australia, la tripulante de cabina Jaonne Turner ganó un juicio por daños y perjuicios que duró 10 años por este problema y fue indemnizada. El año pasado un reclamante recibió una compensación de 7.000 euros de British Airways gracias a un acuerdo con la compañía. Su denuncia se basó en "síntomas relacionados con un incidente de humos".
Si hay un activista que denuncia este riesgo es la doctora Susan Michaelis, ex piloto y consultora en seguridad aérea. "Urge un protocolo de investigación médica integral y que el síndrome sea aceptado como una enfermedad laboral", dice Michaelis a Papel desde Inglaterra.
La última investigación de Michaelis vio la luz este verano en Public Health Panorama, publicación vinculada a la Organización Mundial de la Salud. Días después, la Asociación Médica Aeroespacial (Asma) rebatió sus tesis a través de una carta al director del medio. "...Nuestra revisión de la literatura disponible nos lleva a sugerir que los síntomas significativos sufridos por un grupo de individuos, aquí etiquetado como SINDROME AEROTOXICO, no se explican por las toxinas en el aire de la cabina, y que deben buscarse otras causas. Este estudio, debido a posibles sesgos y falta de replicabilidad no altera nuestra evaluación".
Para el doctor Roig Cutillas, los negacionistas consideran que los síntomas del SINDROME AEROTOXICO ya se encuentran en muchas personas sanas sin enfermedad objetivable, sobre todo en referencia a manifestaciones neurológicas. "Eso es un argumento pobre: las manifestaciones de la intoxicación por monóxido de carbono son conocidas por todo el mundo y nadie puede negar su existencia. Sus síntomas son también del todo inespecíficos".
Lo cierto es que esta inquietud ha volado hasta Bruselas. Desde la Unión Europea se ha promovido una investigación que tardará meses en emitir sus conclusiones. A pesar de que esta iniciativa podría aclarar muchas incógnitas, Michaelis se muestra crítica: "No se están haciendo las preguntas correctas y no piden ayuda a las organizaciones y personas adecuadas. Han recurrido a aquellos que trabajan estrechamente con la industria de la aviación para que les den las respuestas adecuadas. La Agencia de Seguridad Aérea Europea reconoció en 2012 que no tenía la capacidad adecuada para evaluar su impacto en la salud".
Por el momento, el SINDROME AEROTOXICO sigue sin verse, aunque ya no sólo se huele, también se oye.
Aunque ya a finales de los años 70 se hablaba de algunos incidentes que pudieran estar relacionados con esta supuesta patología, fue en 1999 cuando los investigadores Harry Hoffman (doctor de la fuerza aérea estadounidense), Chris Winder (profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia) y el forense medioambiental francés Jean Christophe Balouet sugirieron que una exposición a aire contaminado en cabina podría provocar enfermedades a largo plazo. Son considerados los padres del SINDROME AEROTOXICO.
En 2007, el capitán John Hoyte, que sufrió una exposición a sustancias tóxicas mientras volaba y tuvo que retirarse por problemas de salud, fundó en Inglaterra la Aerotoxic Association. La labor de esta organización consiste en informar a personas que han podido sufrir el síndrome y darles asesoramiento legal. Así como promover campañas públicas para promover su investigación y que el síndrome sea médicamente reconocido
Sin embargo, la ausencia de un método de esterilización e higiene eficaz de estas máquinas se asocia a la propagación de una serie de bacterias patógenas causantes de diarreas, que provocan una elevada mortalidad en los animales lactantes, con la consiguiente pérdida económica para los ganaderos andaluces, especialmente los de ovino y caprino.
Ahora, un trabajo de investigación realizado conjuntamente entre la Facultad de Veterinaria y la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Córdoba ha conseguido desarrollar un sistema inédito de esterilización y desinfección de máquinas nodrizas que puede dar solución a este problema ganadero.
El autor principal de esta innovación es Jesús Gálvez Rossi, graduado en Ingeniería Electrónica Industrial, cuyo trabajo fin de grado desarrolla un sistema automático para la limpieza de robots nodrizas basado en el OZONO, consiguiendo la eliminación de bacterias patógenas responsables de las bajas ganaderas durante la fase de la lactancia.
Las pruebas realizadas sobre una nodriza industrial para cabritos han arrojado resultados altamente satisfactorios, permitiendo establecer de forma óptima el tiempo de desinfección y la duración de la misma, ajustando el periodo entre ciclos de limpieza y desinfección de la nodriza.
Ello supone un importante ahorro de tiempo para el ganadero, a la vez que implementa una calidad higiénica de lactancia artificial superior a la de los sistemas convencionales, a lo que hay que sumar el hecho de no utilizar ningún producto químico nocivo para el medio ambiente.
El sistema automático que controla el proceso se ha desarrollado íntegramente en la Universidad de Córdoba con las más modernas técnicas de la ingeniería electrónica e hidráulica, utilizando como elemento de control un módulo Arduino programado específicamente para esta aplicación.
Además, se han empleado también otros dispositivos auxiliares de última generación como fuentes de alimentación, válvulas, sensores y el propio GENERADOR de OZONO.
Este sistema se ha diseñado de forma modular con el fin de permitir su integración en las actuales ROBOTS NODRIZAS sin la necesidad de una reforma profunda en las máquinas que ya vienen funcionando en las explotaciones ganaderas.
Los agricultores de la cooperativa Grufesa, que cultivan 450 hectáreas de frutos rojos en Moguer (fresas, arándanos y frambuesas), incorporaron ya en la pasada campaña OZONO al agua de riego por goteo en el cultivo de la fresa, obteniendo una fruta de la máxima calidad.
La parte de la atmósfera terrestre con altas concentraciones de OZONO protege la vida en nuestro planeta de la radiación ultravioleta del Sol. Sin embargo, ciertos contaminantes destruyen este gas, haciendo que el grosor de su capa disminuya y creando el famoso agujero de la CAPA de OZONO.
El OZONO de la atmósfera, situado a unos 11-50 km por encima de la superficie terrestre, comenzó a disminuir en todo el mundo a partir de los años setenta del siglo pasado. La reducción más importante se produjo en la alta estratosfera, a un ritmo de entre el 4% y el 8% por década.
Esta tendencia se ha visto interrumpida tras los acuerdos internacionales para la reducción en el uso de sustancias que agotan el OZONO y los satélites de vigilancia ya han detectado los primeros signos de recuperación.
Aunque la cobertura que ofrecen los satélites es adecuada, su funcionamiento está limitado temporalmente. En cambio, los científicos climáticos precisan de lecturas que abarquen 30 años o más para poder analizar las tendencias con precisión.
Para responder a este problema, los científicos de la Iniciativa sobre el Cambio Climático de la Agencia Espacial Europea (ESA) están armonizando las mediciones procedentes de distintos satélites para obtener una visión a largo plazo de la variabilidad del OZONO.
Las lecturas se remontan a 1995 en el caso de 'columnas totales' -el OZONO total de todas las capas de la atmósfera- y a 2001 en el caso de perfiles de OZONO con alta resolución vertical, que permiten identificar las distintas capas.
Los registros proceden de cinco sensores satelitales capaces de proporcionar mediciones con una resolución vertical elevada, como los de la antigua misión Envisat de la ESA, junto a la información actual de la canadiense SciSat y el satélite sueco Odin.
Recientemente se han añadido las mediciones de los satélites ERBS y Suomi NPP de la NASA, ampliando la cobertura hasta 1984.
"Al combinar los datos de la Iniciativa sobre el Cambio Climático con los de la NASA, vemos claramente tendencias negativas en el ozono de la alta atmósfera antes de 1997 y tendencias positivas tras esa fecha", afirma Viktoria Sofieva, científica investigadora senior del Instituto Meteorológico Finlandés. "Las tendencias de la alta estratosfera más allá de los trópicos son estadísticamente significativas y preludian una cierta recuperación del OZONO".
Las mediciones de OZONO con alta resolución vertical son esenciales para identificar estas tendencias. La futura misión Altius de la Iniciativa de Vigilancia de la Tierra de la ESA ofrecerá mediciones continuas para la vigilancia del clima a largo plazo.
Esto no quiere decir, que todos los cosméticos de corte tradicional sean tóxicos, pero es necesario asegurarse de cuáles son los ingredientes que contienen, antes de emplearlos.
La única alternativa 100% eficaz, es optar por la cosmética natural o ecológica, debidamente certificada.
Los conservantes de los COSMETICOS TRADICIONALES más comúnmente utilizados (solos o muy a menudo combinados), son los alquilhidroxibenzoatos: etilparabeno, metilparabeno, propilparabeno y butilparabeno. Todos los parabenos son sensibilizadores de la piel, eso quiere decir que causan reacciones cutáneas.
La Universidad británica Brunel ha demostrado que, los parabenos también actúan como imitadores de los estrógenos (hormonas femeninas). Las pruebas de laboratorio, además, comprueban que cada tipo de parabeno, tiene una potencia estrogénica diferente.
El denominado Kathon CG (principalmente metilclorotiazolinona y metilisoclorotiazolinona) es el siguiente conservante más empleado en cosméticos y también es uno de los alérgenos más comunes. Un estudio de la Universidad de Texas encontró que, el Kathon CG puede causar mutaciones genéticas.
Antiguamente se empleaba el plomo en los maquillajes, era normal pintarse el rostro de blanco, con una pasta que resultaba altamente tóxica. Se cree que, porque este elemento ha desaparecido de los cosméticos, éstos son más seguros, pero el aumento de la presencia de mercurio resulta alarmante.
Un Informe Nacional sobre Exposición Humana a los Químicos Ambientales, que fue compilado por los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) señala que, si bien el nivel de plomo en tejidos humanos parece estar disminuyendo, muchos otros elementos nocivos están haciéndose presentes, entre los que destaca el mercurio.
El acetato fenilmercúrico (que es básicamente mercurio, nocivo y bioacumulable), es un compuesto común en los cosméticos y en varios artículos de tocador como: los aerosoles antisépticos, los removedores de maquillaje, las lociones humectantes para los ojos y las máscaras de pestañas.
Un estudio finlandés analizó 88 marcas de sombras de ojos, para detectar la presencia de níquel, plomo, cobalto, arsénico y cromo y descubrió que 66 de los productos estudiados (el 75%), contenían más de 5 partes por millón (ppm), de al menos uno de estos elementos.
En este caso, la presencia de estos metales tóxicos se debía a impurezas y no a ingredientes reales, un problema que tienen muchos COSMETICOS TRADICIONALES. Un estudio del Reino Unido descubrió que una exposición crónica, a muy bajos niveles de arsénico, (menores aún que los hallados por el estudio finlandés), puede alterar los niveles hormonales.
Un grupo de investigación suizo reveló que, los químicos supresores presentes en las cremas solares, las barras de labios y otros COSMETICOS TRADICIONALES, son sustancias que pueden influir de forma nociva, en la producción hormonal.
Durante las pruebas de laboratorio, que se realizaron a seis sustancias químicas comunes: benzofenona-3, 4-metilbencilideno alcanfor (4-MBC), octilmetoxicinamato, octildimetil-PABA, homoslato y butilmetoxidibenzoilmetano (B-MDM), excepto el B-MDM, los demás provocaron un crecimiento acelerado de las células cancerosas.
Por ejemplo, la llamada hamburguesa imposible (Impossible Burger) de la empresa de alta tecnología Impossible Foods, es uno de los productos de este floreciente mercado, en el que muchos actores vienen de la industria bioquímica e informática, más que de la alimentaria. La presentan como totalmente vegetal, pero con una salsa secreta que la hace sangrar y tener un sabor y color muy parecido al de la carne.
El ingrediente que le da ese efecto, la leghemoglobina (abreviado en inglés SLH o simplemente heme), es en este caso un producto derivado de ingeniería genética, que no fue aprobado como seguro para la salud humana por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), pese a lo cual la empresa lo puso en el mercado desde 2016.
El tema salió a la luz por un artículo del New York Times del 8 de agosto 2017, a partir de que las organizaciones Amigos de la Tierra y Grupo ETC obtuvieron mediante la ley de acceso a la información, los documentos que la empresa presentó a la FDA, intentando obtener su aprobación.
Según explica Jim Thomas, del Grupo ETC, La FDA dijo a Impossible Foods que su hamburguesa no alcanzaba los estándares de inocuidad y la compañía admitió que no conocía todos sus ingredientes. Aún así la ha vendido a miles de consumidores incautos. La empresa debería retirar del mercado sus hamburguesas, hasta que la FDA establezca la seguridad del producto y se ofrezcan disculpas a quienes fueron puestos en riesgo.
La leghemoglobina usada para esta hamburguesa es una proteína creada en laboratorio que imita una presente en la raíz de las plantas de soya, pero producida en tanques por microbios alterados mediante biología sintética.
En los documentos presentados por la empresa a la FDA, la agencia advirtió que según los datos aportados, el heme, ingrediente clave de la hamburguesa, no cumplía los estándares para el estatus de seguridad generalmente reconocidos (GRAS, por sus siglas en inglés).
La empresa admitió que en el proceso de ingeniería genética para el heme se habían generado 46 proteínas adicionales inesperadas y ninguna había sido evaluada, en el dossier presentado a la FDA.
Para evitar que la FDA rechazara la solicitud, la empresa la retiró voluntariamente, asegurando que realizaría nuevas pruebas, las cuales actualmente asegura haber realizado exitosamente – en experimentos de alimentación con ratones de laboratorio – pero pese a ello, el estudio no es público.
Aunque la empresa sostiene que la proteína en la soya ha sido consumida por mucho tiempo y no se conocen efectos adversos, la versión construida mediante biología sintética, así como las proteínas adicionales inesperadas, son desconocidas y tienen potencial alergénico y otros desconocidos.
No se trata, como uno podría pensar, de alternativas sustentables, sino que en muchos casos son sustitutos con ingredientes excretados en tanques de fermentación, por microbios o levaduras alteradas genéticamente mediante biología sintética, un campo escasa o nulamente regulado, en el cual no existen siquiera normas de bioseguridad adecuadas a este proceso industrial nuevo y nada natural.
Son empresas que intentan aprovecharse comercialmente de los vacíos regulatorios y la crítica y sensibilidad de cada vez más gente ante la producción industrial de carne y la crueldad de la cría animal, pero sin explicar que el proceso de producción se basa en tecnologías riesgosas, sea en estos u otros casos, como los que producen carne en laboratorio, otra aventura de alta tecnología que implica riesgos de salud no evaluados.
El motor de esta industria es que el mercado de sustitutos de productos animales es enorme y de muy rápido crecimiento, el fundador de Impossible Foods estima que será de billones de dólares en pocos años. Seguramente también es la razón para que Impossible Foods consiguiera inversiones de 200 millones de dólares por parte de Bill Gates, Khosla Ventures y el también billonario Li Ka-Shing, de Hong Kong, a la que este mes se sumaron 75 millones de dólares más del fondo soberano de inversión de Singapur.
Impossible Foods ofrece una HAMBURGUESA VEGANA que intenta imitar el sabor y la consistencia propias de la carne. Propone un producto con el sabor y los beneficios nutricionales de la carne pero evitando los impactos negativos para la salud y el medio ambiente, según sus creadores.
¡ Hasta un vegetariano dudaría !
Si bien todos sus componenetes son de origen vegetal, está puesto en duda los impactos para la salud de la leghemoglobina de soja y la FDA está solicitando más pruebas. Se alega que nunca antes ha sido consumido por humanos y que, a falta de más comprobaciones, podría constituir un alérgeno.
La agencia estadounidense FDA justificaba su postura en varios puntos, siendo:
• el hecho de que la proteína sea de tipo globina, una familia a la que pertenece la hemoglobina de la sangre, no implica que no provoque alergias,
“una minuciosa búsqueda en bases de datos de alérgenos ha demostrado que la leghemoglobina de soja tiene un potencial de alergenicidad muy bajo”.
“Debido a que usamos 0% de carne de vaca, nuestra hamburguesa utiliza una mínima fracción de los recursos naturales de la Tierra.”
“En comparación con las vacas, la hamburguesa imposible utiliza 95% menos tierra, 74% menos agua y crea un 87% menos emisiones de gases de efecto invernadero.”
“Y es 100% libre de hormonas, antibióticos e ingredientes artificiales", indican en la web de la empresa.”
A pesar de los peros de la FDA, la empresa sigue comercializando su jugosa HAMBURGUESA VEGANA. La agencia no ha definido que la leghemoglobina de soja sea perjudicial para la salud y, en realidad, tampoco es necesaria su aprobación en el caso de algunos ingredientes. Las leyes estadounidenses eximen a las empresas de rendirle cuentas sobre los aditivos siempre que sean generalmente reconocidos como seguros (GRAS) por “expertos cualificados”, de la propia compañía o de instituciones externas.
Ni una cosa ni la otra
“La FDA no certifica ni confirma que la comida es segura. Esa responsabilidad recae en los fabricantes”, advierten desde Impossible Foods a HojaDeRouter.com.”